
La Iglesia de la Asunción es el único monumento religioso existente, después de la desaparición de las ermitas de San Sebastián, la de San Marcos y la de Nuestra Señora del Rosel. Está situada en lo alto del pueblo, casi a las faldas del Castillo, en una encantadora y recogida plaza cuyos buenos árboles sombrean el conjunto. Es de traza renacentista, tiene la dignidad de la sencillez y la austeridad tanto en el diseño como en la ejecución. En el muro se identifica una sobria fachada con arco de medio punto cuya clave está marcada por una ménsula y que se apoya en impostas sobre jambas. La portada está rematada por un entablamento. Su estructura interior está marcada por tres naves, siendo más ancha la central que destaca además jerárquicamente en la volumetría exterior por poseer una mayor altura. Los espacios interiores vienen separados por columnas y semicolumnas coronada con capiteles toscanos. Su presbiterio es plano y está cubierto por una bóveda de medio cañón. Tiene una capilla en la que se venera al patrón del pueblo, San Francisco de Paula, fundador de la Orden Mínima.